El mundo nunca dejará de sorprendernos, especialmente en lo que concierne a los animales. En algún punto de Marruecos encontramos los famosos arganes, cuyo fruto reporta un cotizado aceite exportado en todo el mundo. Sin embargo, nadie sabía la otra particularidad de estos árboles similares al olivero: sus cabras trepadoras. Si queréis saber más de una de las atracciones turísticas de Marruecos más curiosas, no podéis dejar de leer este artículo.
En el suroeste de Marruecos, concretamente la Ruta 40, entre la costa de Essaouira y Agadir, ambas capitales atlánticas, podemos encontrar infinitas hectáreas de arganes, un árbol sagrado para la cultura bereber debido a sus ricos frutos, similares a las olivas, cuyo aceite es utilizado como alimento y artículo de cosmética en todo el mundo, de hecho sería el mejor souvenir que podéis llevaros tras una visita al Magreb.
Sin embargo, un espectáculo que pocos conocen es el de sus cabras trepadoras. La zona semidesértica del sur de Marruecos sirve de lugar de cultivo y ganado que cruzan constantemente los arganes durante sus travesías. Casi treinta cabras son capaces de trepar al mismo tiempo entre las ramas del argán, de entre 10 y 17 m de altura generalmente, posándose entre las copas de estos árboles capaces de vivir 150 años.
Las cabras trepadoras de árboles suben por los arganes buscando su fruto, el cual tragan hasta convertirse en aceite. La población local, acostumbrada a este particular espectáculo, aprovecha el estiércol de sus cabras hasta manipularlo con tal de extraer el aceite que, de otro modo, puede llevarles unas 20 horas de extracción.
Si os disponéis a viajar a Marruecos y recorrer esta región nada mejor que echar un vistazo en algunas de estas plantaciones que crecen en el suroeste, productores de aceite de argal. Sin embargo, debéis tener en cuenta que no siempre los envases de argal que compréis serán originales, pues muchos proveedores locales mezclan escasas cantidad de argal con aceites baratos.
Las cabras trepadoras de Marruecos es una atracción turística única en el mundo que, si bien no os llevará un día entero, puede suponer una agradable parada en el camino. Con suerte podréis tomaros unas tostadas de argán, similar a la crema de cacahuetes cuando está bien fermentado.
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